El Parvovirus B19 (PVB19) es un virus de ADN simple hebra pequeño. Es el único patógeno humano conocido de la familia Parvoviridae (el ser humano además es el único huésped). Infecta a las células de la línea eritroide, precursores de los glóbulos rojos en la médula ósea, más específicamente al pronormoblasto, sobre la que tiene un efecto lítico.
El virus se disemina por vía respiratoria, primariamente durante la infancia, causando principalmente un eritema infeccioso, la denominada “quinta enfermedad”. Los brotes de parvovirus tienden a ocurrir a finales del invierno y principios de la primavera, pero también puede haber casos esporádicos de eritema infeccioso en cualquier época del año. Una persona infectada por parvovirus es más contagiosa durante el período de incubación o durante el período de tiempo en que están presentes los síntomas respiratorios leves.
El eritema infeccioso empieza con febrícula, dolor de cabeza y síntomas catarrales leves. Estos síntomas iniciales remiten hasta que aparece al cabo de pocos días una erupción característica de color rojo intenso en la cara que hace que parezca que al niño le han dado una bofetada en la cara. Varios días después, se va extendiendo por el resto del cuerpo en sentido descendente, apareciendo manchas rojas en el tronco, los brazos y las piernas. La erupción no suele aparecer en las palmas de las manos y las plantas de los pies. A medida que la parte central de las manchas se empieza a aclarar, la erupción adquiere un aspecto parcheado, Los niños de menos de 10 años son más proclives a desarrollar erupciones y las mismas pueden tardar entre una y tres semanas en desaparecer por completo.
Las infecciones por este virus son muy comunes y pueden resultar en un amplio rango de manifestaciones clínicas que dependen del estado inmunológico y hematológico del paciente. En un hospedador sin alteración inmunológica o hematológica la enfermedad es generalmente leve, con buena recuperación Los pacientes con enfermedades de base que disminuyan la vida de los glóbulos rojos como por ejemplo con anemia hemolítica, pueden sufrir crisis aplásica requiriendo transfusiones de sangre (1). En pacientes inmunocomprometidos se puede desarrollar una infección persistente,resultando en anemia crónica (2). En madres infectadas, el PVB19 puede atravesar la placenta provocando hidropesía fetal y aborto espontáneo (3).
El diagnóstico de infección por parvovirus es usualmente posible por la detección de anticuerpos específicos. La presencia de IgM anti-viral indica una infección reciente. Dos semanas después de la infección el 90% de los pacientes muestran anticuerpos IgM. El nivel sube después de un mes y puede persistir por varios meses. La IgG aparece después de tres o cuatro semanas y persiste indefinidamente otorgando inmunidad de por vida. Sin embargo, los anticuerpos contra PVB19 pueden no ser detectables en pacientes inmunocomprometidos y su uso en el feto también se encuentra limitado. Ante esta situación el uso de técnicas de PCR para la detección de ADN de PVB19 en suero, sangre o tejidos se presenta como una excelente prueba diagnóstica, otorgando además una alta sensibilidad, elevada especificidad y detección temprana en relación con la determinación de IgM (4).
Determinaciones disponibles en Cibic:
Para conocer las condiciones del paciente, de almacenamiento y de envío de la muestra y otros datos sobre las prácticas consulte al manual de prestaciones.
Bibliografía:
1- Regaya F, Oussaief L, Bejaoui M, Mongi KM, Zili M, Khelifa M. Parvovirus B19 infection in Tunisian patients with sickle-cell anemia and acute erythroblastopenia. BMC Infect Dis 2007;7:123
2- Weir E. Parvovirus B19 infection: Fifth disease and more. Can Med Assoc J 2005;172:743.
3- Butchko AR, Jordan JA. Comparison of three commercially available serologic assays used to detect human parvovirus B19-specific immunoglobulin M (IgM) and IgG antibodies in sera of pregnant women. J Clin Microbiol 2004;42:3191-5.
4- Enders M, Schalasta G, Baisch C y col. Human parvovirus B19 infection during pregnancy – Value of modern molecular and serological diagnostics. J Clin Virol. 2006;35: 400-6.
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Sección: Biología Molecular
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